martes, 5 de mayo de 2015

El último viaje - I

Agosto, Año 2035, un camino cualquiera en Castilla León;


mientras pedalea piensa en la botella de agua que guarda en la alforja de su bici. recuerda los tiempos en los que subir ese pequeño montículo era coser y cantar, pero a sus 69 años, es otra historia. Decide poner pie en tierra y caminar, la prisa quedó atrás hace ya mucho tiempo. Elige una sombra entre los árboles, apoya con cuidado la bicicleta en el troco de un pino y se sienta un momento a descansar. Abre la botella de agua, le echa un trago y se queda observando el camino y aquello que lo rodea.
No creo que llegue esta tarde al pueblo, se dice mientras se seca la frente. Que mas da, si tiene que ser esta noche, sea.
Decide tumbarse un momento, aunque no quiere porque sabe que vendrán a el recuerdos lejanos, recuerdos añejos repletos de amor y desamor, de versos y errores.
Hace ya cuatro años que deambula con su bicicleta por todas partes, si no fuera por su viejo mapa no sabría donde está y ni siquiera eso le da la certeza de encontrarse donde el cree.


Año 2015,


firma un contrato como gestor en una importante empresa de comunicación, es un contrato por obra o servicio determinado, el sueldo de 900 euros al mes le permite pagar un modesto alquiler y los recibos de agua y luz. lo acepta como haría cualquiera de los cinco millones de parados que hay en ese momento en el país. Al fin y al cabo es lo que ha venido haciendo desde que comenzó a trabajar. y ha tenido suerte de no hipotecarse y ver como el banco le embargaba la casa y le dejaba en la calle junto a su mujer y dos hijos. Nunca los tuvo, ni a la mujer, ni a la hipoteca ni, por supuesto, a los dos hijos. No es que fuese mas listo que los demás, es que sencillamente, nunca se le presentó esa oportunidad.


despliega su viejo mapa para averiguar los kilómetros que le quedan hasta llegar a un lugar seguro del frio de la noche, un caldo caliente y un vaso de vino......











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